lunes, 8 de noviembre de 2010

De llantos, frio y humo

Resisten las madres a un parto difícil,
resisten porque le arrancan un hijo,
resisten porque podrán abrazarlo,
besarlo, cuidarlo, mecerlo, idealizarlo

Resisten madres y abuelas de pañuelo blanco,
porque les arrasaron un hijo, un nieto,
resisten para poder besarlo,
con la certeza de la derrota, y la angustia de la esperanza

Aguantan anónimos, los cocineros de un merendero,
sonríen, en un comedor del conourbano bonaerense,
soportan, el ruído de los trenes, debajo de las vías,
los olvidados del mundo

Se suben al humo, en soledad, a la deriva
y así se sostienen los narices frías,
clamando restos, hurgando templos infectados de odio,
siendo olvidados, una vez más.

El sueño es caro en esta vida,
todos lo pagan en esta vida
el que resiste existe,
y es la existencia, la condena, de los ocultados de la historia

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